Larga noche de lluvia

Cuando estábamos juntos y teníamos que ir a casa al final del día, llegaba a encerrarme en mi cuarto para así poder revivir esos momentos maravillosos en mi mente. Me sonrojaba cada vez que recordaba tu mirada, ya que mi corazón latía  fuerte cuando en mi mente se dibujaba tu sonrisa. Tan solo en pocos segundos llegaba a ser feliz, sin embargo, después de que te fuiste mi vida cambió radicalmente.

 

Ahora despierto cada día y afronto la cruda realidad de que mi mundo no está más que lleno de tristeza.

 

En una noche de verano las nubes empezaron a juntarse con la intención de crear una gran tormenta, justamente hoy es uno de esos días en los que recuerdo porqué mi corazón se siente tan solo. Tenía muchas cosas que me hacían sentir satisfecho y de la noche a la mañana perdí la mayor parte de ellas. Y lamentablemente no sé cómo llegué a este punto.

 

Salí al jardín para esperar el espectáculo, me senté en la banca que yo mismo construí para nosotros y permanecí allí hasta que todo comenzó, el agua no me otorgó su perdón así que me empapó de pies a cabeza. Por fortuna hubo un momento en que las nubes hicieron una pequeña tregua, para que la luna soltara su brillante luz durante unos minutos. Suspiré mientras me secaba el rostro que me había empapado, pero fue triste no poder siquiera diferenciar entre mis lágrimas y el agua que cayó del cielo.

 

Poco a poco tenía que borrar tu imagen de mi mente, pues aunque me costaba aceptarlo necesitaba liberarme de las cadenas que me apresaban.

Mi corazón ya no palpita por ti como lo hacía antes, ya que el frío de tu indiferencia provocó que se fuera paralizando. Solo quería que todo eso terminara, para que no hubiera nada de oscuridad, ni de frialdad dentro de mi, pero parecía que no podía acabar con todo eso por más fuerte que fuera.

 

En esa ocasión fue que recordé que solo era un simple humano enamorado.

Las preguntas inundaron mi mente durante un tiempo, pues tú te habías ido sin darme una explicación razonable. Simplemente dijiste “No me busques, no me llames amor ni seas cariñoso conmigo porqué no sé si todavía te amo".

 

Pensaba una y otra vez…

 

“¿Qué fue lo que hice mal?”

“¿No era suficiente lo que yo te daba?”

¿Había alguien más?”

 

Pero nada de eso importaba, porqué nunca obtuve una respuesta de tu parte. Aunque para mis amigos todo era muy obvio << Tal vez si fue de esa forma >> pensé. Al final no importa si lo que pensaba era lo acertado, ya que nada de eso cambiaría las cosas.

 

Después de un momento la lluvia continuó, pero decidí tomarlo como una limpieza sentimental y espiritual aunque no creyera mucho en eso último.

 

Solo quedaba disfrutar de esa larga noche de lluvia, pues bien o mal era algo que no podía controlar. Justamente así es el amor, es algo que nadie puede controlar y aunque las cosas salgan mal, lo único que queda es esperar esa tormenta que llega a limpiar todo lo malo que hay en uno mismo. 

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