Elizabeth era una estudiante universitaria. Todas las tardes acudía a clases, debido a que durante las mañanas trabajaba como taxista de ruta. Los tramos que tenía que recorrer a su escuela eran inmensos, tanto era así, que debía tomar al menos 3 transportes de ida y de regreso a su hogar. Ella no tenía familia puesto que sus padres habían muerto durante un accidente cuando era pequeña, así que desde su infancia hasta su adolescencia, la pasó en un orfanato. Durante su estancia allí hizo amistad con otra niña, Alexia, con quien iba a todos lados y era la única a quien le contaba todos sus secretos, se volvieron uña y carne e incluso hasta la actualidad seguían teniendo el mismo lazo fuerte que cuando su niñez. Era una tarde cálida de julio, el trabajo había sido intenso pero satisfactorio, ya que cumplió con la cuota diaria. Sin embargo, quiso realizar dos vueltas más para obtener un extra y comprarse unos nuevos zapatos. Para su buena su...