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Mostrando las entradas de 2021

Ocaso

Aquel hombre vio con tristeza, como esa nave destruía su ciudad. Su historia había muerto, junto a su familia.

Larga noche de lluvia

Cuando estábamos juntos y teníamos que ir a casa al final del día, llegaba a encerrarme en mi cuarto para así poder revivir esos momentos maravillosos en mi mente. Me sonrojaba cada vez que recordaba tu mirada, ya que mi corazón latía  fuerte cuando en mi mente se dibujaba tu sonrisa. Tan solo en pocos segundos llegaba a ser feliz, sin embargo, después de que te fuiste mi vida cambió radicalmente.   Ahora despierto cada día y afronto la cruda realidad de que mi mundo no está más que lleno de tristeza.   En una noche de verano las nubes empezaron a juntarse con la intención de crear una gran tormenta, justamente hoy es uno de esos días en los que recuerdo porqué mi corazón se siente tan solo. Tenía muchas cosas que me hacían sentir satisfecho y de la noche a la mañana perdí la mayor parte de ellas. Y lamentablemente no sé cómo llegué a este punto.   Salí al jardín para esperar el espectáculo, me senté en la banca que yo mismo construí para nosotros y per...

Desconocida

Durante una mañana invernal, me dirigía a la parada del autobús para esperar el transporte que me llevaría a la universidad. Me sentía somnoliento como todos los días, ya que tenía la mala costumbre de desvelarme con los videojuegos o escuchando mis podcast favoritos en internet, pero eso no evitaba que pensara en las clases que tendría que soportar durante varias horas. Reconozco que me parecían aburridas, porqué eran la parte básica de mi carrera pero aun así sabía que tenía que cursarlas todas antes de pasar a lo bueno.   Había nieve por todos lados, desde la calle hasta los edificios, pero el sol empezó a salir lentamente aunque incluso con los rayos que iban apareciendo en el horizonte, me di cuenta que no importaba ya que sería un día frío como los demás.   De repente una chica se acercó al lugar y se sentó en la banca metálica a esperar, no me pareció extraño hasta el momento en que las cosas dieron un giro inesperado. Ella empezó a sollozar, lo cual fue una sor...

La ruta fantasma

  Elizabeth era una estudiante universitaria. Todas las tardes acudía a clases, debido a que durante las mañanas trabajaba como taxista de ruta. Los tramos que tenía que recorrer a su escuela eran inmensos, tanto era así, que debía tomar al menos 3 transportes de ida y de regreso a su hogar.   Ella no tenía familia puesto que sus padres habían muerto durante un accidente cuando era pequeña, así que desde su infancia hasta su adolescencia, la pasó en un orfanato.   Durante su estancia allí hizo amistad con otra niña, Alexia, con quien iba a todos lados y era la única a quien le contaba todos sus secretos, se volvieron uña y carne e incluso hasta la actualidad seguían teniendo el mismo lazo fuerte que cuando su niñez.   Era una tarde cálida de julio, el trabajo había sido intenso pero satisfactorio, ya que cumplió con la cuota diaria. Sin embargo, quiso realizar dos vueltas más para obtener un extra y comprarse unos nuevos zapatos.   Para su buena su...

Una ventana hacia el alma

  El anciano me dio una tarjeta, en el cual venía el nombre de una óptica << ¿Para qué rayos necesito visitar una óptica? >> pensé. Parecía absurda la idea, pero desde hacía un tiempo todo se volvió absurdo en mi vida.   Esa tarde acudí al negocio y no vi nada raro, era un local como cualquier otro, con anuncios de descuento y ofertas especiales para los miopes, en la vitrina había unas gafas de fondo de botella horribles pero que algunas personas los usarían sin dudarlo para poder observar el mundo a su alrededor. Entré con la tarjeta en la mano, al fondo estaba el encargado dando la espalda a la entrada y todo estaba en silencio, exceptuando un viejo ventilador de techo que giraba tan lento que parecía que en algún momento se iba a detener, cuando me dispuse a charlar con el dependiente me llevé una enorme sorpresa.   El tipo era de piel oscura, rondaba entre los cincuenta años y estaba ciego. Sí, estaba totalmente ciego y me percaté por qué no pu...