¿Costumbre?
Quizá lo que pienso es incorrecto, probablemente no tenga una pizca de razón pero es lo que siento. Muchas veces dije que no podría estar sin ti, que no podría continuar con mi vida si tú no estabas en ella, recuerdo todas esas ocasiones en las que lloré mientras te lo decía pero tu respuesta siempre era “No debes depender de una persona para ser feliz, tú puedes continuar sin mi”.
En eso tuviste razón y no me justificaré al decir que en ese entonces era un adolescente como para no comprenderlo al cien por ciento, pero no quise entenderlo, pues lo más importante de mi vida eras tú. Tenías más experiencia que yo eso lo admito, me llevabas por tres años por lo cual viviste más cosas. Aún así siempre repetía que no podría continuar si tú no estabas, hasta que cediste ante lo que decía solo por complacerme.
Los meses pasaron y muchas cosas sucedieron, problemas, disgustos, sentimientos rotos y a pesar de eso lo supimos sobrellevar porqué nuestro amor era más grande que los problemas. Pero las cosas fueron empeorando, incluso dudaste de mi amor aunque no di motivos para ello. En ese entonces quebraste mi corazón por primera vez, es ahí donde entró de nuevo ese pensamiento de no poder continuar sin ti.
Pero el tiempo no se detiene para nada, de nuevo volviste a mi. Y volví a creer una vez más porqué sabía que nuestro amor lo podía todo, que siempre estaríamos juntos ya qué habíamos superado la dura prueba. Aunque lamentablemente no fue así, pues habías cambiado y la chica de la cual me había enamorado profundamente ya no estaba conmigo, fue ahí cuando supe que la primera vez que te fuiste lo hiciste para siempre.
Entonces confesé lo que sentía y esta vez fui yo quién dijo adiós, aunque eso implicó quebrar mi corazón por segunda vez. Pensé que podría vivir sin ti así como me lo habías hecho ver antes pero me fue imposible.
Tú no protestaste, no me buscaste por ningún medio y la verdad es lo que más deseaba, que hicieras algo por estar conmigo así como todas esas veces que yo hice lo que pude para estar junto a ti.
Después de un tiempo volvimos a hablar, pero solo fueron platicas incomodas, mensajes que jamás tuvieron una respuesta, indirectas agresivas y frialdad pura. Todo fue de esa manera durante un tiempo, hasta que finalmente te fuiste sin siquiera decir adiós. En ese entonces no lo comprendí y no quería aceptarlo pues en mi corazón aún te amaba a pesar de todo.
Comencé a vivir sin ti, los días se volvieron aburridos, no tenía ánimo ni siquiera para leer o escuchar música. Al principio fue duro, pero con el tiempo me di cuenta de lo que realmente me querías decir y era que tú no ibas a estar para siempre en mi vida. Y te agradecí por los bellos momentos que pasamos juntos, por toda esa experiencia que adquirí y que además entendí que en una relación la reciprocidad es esencial, no solo una persona debe darlo todo de sí.
Aprendí a vivir sin ti, a no depender de una persona para ser feliz. No te niego que te recuerdo a veces, pero como una buena amiga, no creo que nos volvamos a topar y si eso pasara ni cuenta nos daríamos. He aprendido tantas cosas y logré lo que en ese entonces no pensé que alcanzaría
Podría decir todas esas cosas que aprendí de ti, pero con que yo las sepa es más que suficiente. Vivir sin ti se volvió una costumbre necesaria, pues ahora sé que puedo continuar por mi mismo y que no necesito de alguien para ser feliz.
Comentarios
Publicar un comentario