Feroz y valiente

La guerra llegó de manera inminente, por lo que tuve que enlistarme para defender los ideales y la vida de muchas personas. Aunque las batallas que libré fueron intensas, siempre intentaba salir vivo de cada una de ellas. Sin embargo, para muchos de mis amigos no fue así y uno a uno cayeron. En la última refriega no tuvimos tanta suerte, pues el único que quedó fui yo.

 

Había escapado con un par de heridas del enfrentamiento con el enemigo, pero tuve la fuerza para adentrarme en el bosque con el fin de perderlos. La noche cayó luego de un rato y la temperatura descendió rápidamente, pues no tardaba mucho en que la nieve cubriera cada centímetro de aquel lugar.

 

Mientras caminaba empecé a recordar a mis camaradas, quienes habían muerto días atrás al tratar de proteger un camino importante. Me costaba creer que ya no estaban, pues hicimos planes para cuando volviéramos todos a casa. Ellos eran buenos hombres, pero se enfrentaron a un enemigo formidable y eso era algo que no podía ignorar.

 

Hacía mucho tiempo que no estaba entre tanta naturaleza, pero en ese momento era inquietante ya que la única luz presente era la de la luna, asimismo el silencio me mantenía siempre alerta. Después de un rato llegué a una cabaña abandonada, la cual se encontraba cerca de un pequeño lago. No sabía si alguien más conocía su existencia, pero me sería útil para resguardarme de la tormenta que ya había dejado caer los primeros copos de nieve.

 

De repente, una manada de lobos salió de entre los árboles, los cuales estaban en persecución de uno de los suyos, pero aquel animal tenía el pelaje oscuro a diferencia de los demás y se encontraba herido de una pata. Pude observar desde la ventana de la casa, cómo rodeaban a aquel can como si se tratara de un soldado enemigo. Entonces pude reflejarme en esa situación, pero no sabía si era lo correcto intervenir o dejar que la naturaleza siguiera su curso.

 

Al principio vi como el herido eliminó a un par de sus atacantes, pero después no pudo sostenerse y fue derribado. Rápidamente salí y disparé al aire, esperando que aquella acción no revelara mi posición aunque con eso logré ahuyentar a los lobos. El animal trató de morderme al intentar ayudarlo, pero entendí que era su forma de defenderse y me veía como un potencial depredador. Usé mi chamarra para arrastrarlo dentro de la casa, para que no muriera de frío por la tormenta.

 

Cualquier otra persona habría dejado morir a ese animal, pero de alguna manera sentí que no tenía que terminar de esa forma.

 

Los días pasaron y el enemigo no pudo dar conmigo, por lo que estaba fuera de peligro. Durante ese tiempo mi nuevo compañero pudo recuperarse, aunque no fue fácil tratar con él, pues al final era un animal salvaje y sus instintos le dictaban ser feroz. Lo alimenté, curé sus heridas e intenté domesticarlo para que pudiera tener otra vida.

 

El lobo encontró la oportunidad de cambiar su destino, se recuperó y de nuevo se levantó para vivir algo diferente. Lo que me hizo recordar que aún tenía una pelea que ganar, pues lo que había hecho hasta ese momento era sobrevivir pero todavía tenía que cambiar mi destino. Debía encontrar mi propia valentía para volver y salvar las vidas que pudiera, aunque eso implicara arriesgar mi vida de nuevo.

 

Una mañana un helicóptero se acercó a mi posición, por lo que nos refugiamos dentro y usé mi rifle para mirar los símbolos con la intención de asegurarme de que fueran aliados. Para mi fortuna si eran amigos, así que tuve que tomar la decisión de abandonar mi camino o hacer una diferencia.

 

Miré a los ojos a mi compañero y dentro de ellos pude ver que también podía dar ese paso. Las muertes de mis camaradas no debían ser en vano, ya que luchábamos por defender la libertad y la seguridad de muchas personas. Así que decidí salir para encender una bengala y llamar la atención del transporte, ya que era el momento de ser valiente y regresar. Aunque esta vez no iría solo, pues mi nuevo amigo estaba dispuesto a retribuirme lo que una vez hice por él.

 

Nos habíamos vuelto feroces y asimismo valientes, por tomar la oportunidad de ser algo más.

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