Fantasmas del pasado

 La nave de transporte me dejó en el sitio acordado, al momento de bajarme sentí que estaba entrando en un mundo totalmente diferente. Tal vez era así, después de todo habían pasado años desde que pisaba aquella ciudad, pero aun así me hizo recordar mi gran fracaso como si hubiera ocurrido ayer.

Todavía se podía sentir la vibra del día en que me fui y dejé todo atrás, incluyendo los sentimientos que me invadían en ese momento, aun con todo lo que sentía mientras recorría las calles en ruinas, no pude dejar de pensar que fue la mejor decisión que tomé, no solo para mí mismo, sino para las personas que me rodeaban.

Hubo muchas noches en que me reproché haber tomado este camino, pero gracias a eso pude ver más allá de lo que tenía frente a mi, no obstante, las pérdidas fueron más que las propias ganancias y aunque pareciera que el trayecto iba de mal en peor, la verdad era que estaba ganando más fuerza.

  ¿Avanzar sin mirar atrás fue egoísta? Pensé, pero la respuesta fue clara, pues tengo que reconocer que a veces tenemos que serlo por nuestro propio bien, asimismo por el bien de los demás. En aquel entonces estaba en el lado correcto, pues el caballero de elegante armadura hacía muy bien su trabajo en proteger a las personas que amaba.

Al cabo de unos minutos estuve frente a ese edificio en el cual pasé por muchos graciosos momentos, sin embargo, me costó trabajo verlo tal y como era antes de todo esto. Es difícil de creer que detuve vehículos blindados desde esta posición, así como también derroté a mis oponentes en su propio juego.

Claro que, con ayuda de buenas personas, principalmente de alguien en especial.

De todas formas, de nada sirvió pues al poco tiempo el enemigo tomó esta ciudad, la hizo pedazos y ahuyentó a las buenas personas que la habitaban. Es increíble pensar que han pasado tantos años desde ese evento, pero así es la vida, pues las cosas siempre cambian.

Finalmente llegué a su oficina, pero decidí no entrar de inmediato y solo me dispuse a leer su nombre grabado en el cristal de la puerta, ella había alcanzado la grandeza después de todo, así que lo único que pude pensar es que mi partida fue lo mejor para todos.

Toqué el picaporte con cuidado, pero en ese momento escuché a lo lejos que ella decía mi nombre con su dulce voz. Sonaba tan real, como si no hubiera pasado el tiempo, sin embargo, solo era un producto de mi imaginación y la única razón por la que fui a ese lugar, fue para cerrar ese capítulo de mi vida, así que era obvio que no podía ser ella, sino una mala pasada de mi mente.

Entré a la oficina y me percaté que dejó su abrigo en la silla, pero era lógico que con las prisas de tener que evacuar la ciudad rápidamente antes de la detonación, hubiera dejado atrás esa prenda tan importante que le regaló su padre.

Es increíble que sobreviviera, pero me alegro de que lo haya hecho era inevitable recordar tantas cosas que vivimos, aunque fue necesario para aprender a soltar.

De mi chaleco saqué una bala que perteneció a un rifle como el mío, para luego colocarlo sobre el escritorio— Con esto él quedará muerto, finalmente podrá descansar aquel caballero de elegante armadura pues es necesario que siga su camino, que siga creciendo y cambiando, que pueda estar en el lado correcto haciendo lo que mejor sabe hacer, que siga protegiendo al igual que antes, pero siendo una mejor versión de sí mismo. Esto simboliza el fin de una era —Nadie me escuchó en ese momento, pero mis palabras no eran para alguien del presente, sino para una persona importante de mi pasado.

Alguna vez tuve un nombre honorable, pero ese tiempo terminó, solo para darle paso a algo mejor y también fue mi manera de pedir perdón. No soy perfecto, pero las decisiones que tuve que tomar fueron con el único propósito de hacer un bien, ya que siempre tuve las mejores intenciones. Espero lo entiendas .

Finalmente pude salir de ahí no sin antes mirar una última vez a mi antiguo yo, sabiendo que al soltarlo me permitiría convertirme en alguien mejor, también logré soltarla, con la satisfacción de saber que hice lo que estuvo en mis manos.

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