Recuerdos escritos

 

En mi mente aun deambulan los bellos recuerdos, aquellos en donde solíamos hacer muchas cosas juntos, pero especialmente el crear una buena historia, la cual siempre nos salía desde el alma. A pesar de que no eras buena haciéndolo siempre intentabas dar lo mejor de ti, pues tenías el espíritu de la perseverancia, lo que te llevaba a escribir cosas hermosas y que se podían percibir como sentimientos reales. Eran esos buenos momentos muy recurrentes que me hacían sentir especial, ya que terminábamos creando algo maravilloso y genial que salía de nuestras mentes creativas.

 

Con el paso del tiempo me fue gustando cada vez más tu manera de expresarte, a tal punto de comenzar a atraerme y al final terminé enamorándome, no solo de lo que escribías sino de todo tu ser. Tus historias eran sensacionales, me encantaban incluso más que los míos, ya que sin duda tenías la chispa creativa y lograbas cautivar a quien fuera con tus palabras plasmadas en papel.

 

Hoy solo quedan recuerdos de eso.

 

A veces siento miedo de leerlos, pues sé que la nostalgia llegará y pensaré acerca de cómo llegó a su fin, querré volver en el tiempo para revivir esos momentos y sé que simplemente no se puede. Porqué todas aquellas palabras, esos escritos de acción o de aventura, suspenso o romance eran los mejores que había hecho en mi vida y por supuesto también me daría nostalgia saber que la chica que los elaboró conmigo, hoy está muy alejada y cada vez más lejos de mí.

 

Si hay algo que debo admitir, es que tú eras mi inspiración. Pues cuando nadie más leía mis escritos, tú lo hacías y me motivaba a seguir haciéndolo ya que quedabas encantada con ello y me hacía feliz que te gustaran. Ahora solo escribo sobre la tristeza y la soledad, cosas incompletas pues no hay nadie que pueda darles un fin apropiado, solo tú, pero desde que te fuiste no tengo nada. Quizá parece ser una codependencia, pero la verdad es que mi mayor error fue convertirte en una fuente de inspiración que estaba mal dirigida, pues no podemos dejar que otras personas sean nuestro motor.

 

Cuesta tanto entender algo así, pero mientras llega el momento que pueda asimilar ese hecho tengo que seguir plasmando mis recuerdos escritos, para que un día sean solo simples visiones de un pasado que ya no existe pero que me sacarán de esta triste realidad temporal.

 

A veces es más dura la caída, que el vuelo emprendido hacia lo más alto.

 

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